“‘De 1 a 10, ¿cuánto me quieres?’ es una obra icónica. La gente que la vio en los ‘90 sí o sí se la debe repetir, porque se sorprenderán con esta nueva versión que mantiene lo fundamental, pero agrega otras cosas muy bonitas (…). El tema de la pareja es importante. Además, se van a reír, divertir muchísimo”, enfatiza la célebre actriz de cine, teatro y televisión, Magdalena Max-Neef, sobre el taquillero montaje que el domingo llega al exitoso ciclo de comedias “Nuestro teatro”, a transmitirse por TEATRO NESCAFÉ ONLINE.
Vista por más de 250 mil personas desde su primer estreno en 1995, la nueva versión del clásico de la compañía Teatro Aparte sigue además protagonizada por Rodrigo Bastidas, Elena Muñoz y Gabriel Prieto, pero introduce para este remontaje tanto a Claudia Pérez como a Rodrigo Muñoz para todos juntos desplegar, con exagerado absurdo, los bemoles de tres parejas: una que se separa, otra con conflictos y una tercera sobre un psiquiatra con su fantasía femenina.
Durante sus 30 años de trayectoria, Compañía Teatro Aparte se ha caracterizado por la creación colectiva de sus obras. ¿Cómo surgió el tema de la pareja para “De 1 a 10, ¿cuánto me quieres?”
Escribimos en relación al proceso que vivimos, porque los cuatro nos llevamos por menos de un año de edad de diferencia. En el fondo reflejamos la etapa en que estamos (…) y de repente a Rodrigo se le ocurrió poner una cama al centro del escenario. Esa fue la premisa para estas historias de parejas; ocupábamos situaciones nuestras, cercanas, así como otras tristes que revertimos para volverlas más comedia (…). Muchas veces no sabías quién había escrito una escena, porque todos aportamos al proceso creativo. Esta versión eso sí es 3.0, ya que algunas cosas no calzaban con nuestras etapas actuales.
Fue una de las obras chilenas más taquilleras de los ’90.
La identificación del público con la obra resultó fundamental para el éxito. Se vieron a sí mismos arriba del escenario. La gente decía que era como si le hubieran puesto una grabadora debajo de la cama o mirado por el hoyo de una puerta. Empíricamente constatamos que a todos nos pasan más menos las mismas cosas (…); la recomendaban los terapeutas de pareja. Hasta los curas mandaban a verla para que vieran lo que se les venía (risas).
“Empíricamente constatamos que a todos nos pasan más menos las mismas cosas (…); la recomendaban los terapeutas de pareja. Hasta los curas mandaban a verla para que vieran lo que se les venía (risas)”.
El “De 1 a 10…” lo fue a ver todo el mundo. Puedes decir que el teatro es elitista, que las entradas son caras y claro, al principio iba un tipo de gente, pero a los ocho meses empezó a ir todo el mundo. Era lo más transversal. Eduardo Frei con la Martita la vieron. También llegó Aylwin y Piñera.
¿Será que el éxito de la obra, aparte de lograr que el público se identifique, presenta un ritmo trepidante?
Escribimos esta obra pasando de la risa a la reflexión, y de vuelta a la risa. Fuimos intercalando, como un trampolín de emociones (…). “De 1 a 10…” tuvo y tiene momentos que te sorprenden sin previo aviso al no tener una estructura aristotélica –inicio, desarrollo, desenlace- con estas historias de parejas, más otras situaciones entre medio, como el poliamor y el sexo ético.
¿Sexo ético?
Claro (risas). No es lo mismo que la infidelidad. En esos poliamores siempre hay alguien que quiere tener muchos amores y un otro que acepta, porque prefiere compartir que quedarse sin nada. En el fondo es un sexo consensuado donde no hay, necesariamente, amor involucrado. Claudia Pérez y Rodrigo Muñoz están graciosos, mientras que Rodrigo Bastidas es el tercero (…).
Tras ver “De 1 a 10, ¿cuánto me quieres?”, ¿salen más unidas o más peleadas las parejas?
La gente se pega harto codazo, como “¡mira, viste, viste!” (…) aunque no creo que hayamos roto o compuesto parejas, salvo un par, porque la idea es salir del teatro comentando. Es como un anzuelo que se le tira al público para mirarse, replantearse y conversar.